miércoles, 13 de febrero de 2013

Norte de Chile: La ruta del desierto

Les dejo las imágenes de un reciente y hermoso viaje en auto que comenzamos y terminamos en el aeropuerto de la ciudad de Copiapó, capital de la III Región o Región de Atacama. Durante dos semanas recorrimos 3.800 kilómetros a través de uno de los desiertos más secos del mundo. Hubo de todo: paisajes, historia, religión, arquitectura, playas, montañas, atardeceres, fauna, calor, frío, grandes ciudades, buena gastronomía, rutas peligrosas y hasta nos cruzamos con parte de la caravana del Dakar. Pasen y vean...
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jueves, 7 de febrero de 2013

No te olvides de posar

Quienes siguen este blog recordarán que no hace mucho atendí a los disparadores seriales, esos personajes que van por la vida con la cámara de fotos pegada al cuerpo y retratan absolutamente todo. Entre ellos estaban los gastronómicos, los referenciales, los fiesteros, los eyaculadores precoces...  Toda gente muy simpática, je.
Hace poco, visitando unos geisers en el norte de Chile, pasó algo que me llamó graciosamente la atención. En realidad una boludez. En un momento determinado, vi que varias de las tantas personas que andaban por allí se hacían tomar la misma foto y en la misma pose: las rodillas apenas flexionadas, el culo para afuera, la palma de las manos arriba del chorro de vapor y carita de placer. Más allá de advertir que cada turista iba copiando al anterior, llegué a la conclusión de que no solo existen patrones de comportamiento para los que sacan fotos sino también para los fotografiados. “Qué lindo post me voy a mandar sobre este asunto”, me dije por lo bajo y relamiéndome de placer.
Por eso, siguiendo con la temática de las fotos, esta vez voy a hacer “foco” (cuac!) sobre las distintas, reiterativas e indescifrables posiciones que adoptan aquellos que están delante del objetivo. Me refiero a los sonrientes, reflexivos y poco originales protagonistas de esas imágenes que inundan las redes sociales o son el terror de las reuniones post-vacaciones. Aquí van algunos de los personajes más comunes y sus poses.
(Aclaración: el sexo de cada personaje está adjudicado en base a una regla personal, lo que no implica que la misma pueda contemplar excepciones.)

EL AVIONCITO 1
Hombre. Su gesto es simple: cuerpo erguido, piernas juntas (no es excluyente), brazos bien extendidos en forma de alas, dedos separados y la palma de las manos mirando hacia el suelo. Esta pose puede indicar varias cosas: que quiere volar, que alcanzó el pináculo de su existencia o que después de 20 años mandó al psicólogo a la mierda. A veces suele fotografiarse en patas, idea que garpa bastante porque lo muestra conectado con la madre naturaleza. Fanático de la vida outdoor, sus escenarios preferidos son los sitios elevados y con grandes extensiones de tierra -o de mar- a sus espaldas. Solo le faltaría una espada en la mano y gritar “¡¡¡con el poder de Grayskull!!!”.

EL MESÍAS
Hombre. Bastante similar al anterior con una diferencia: este personaje coloca las palmas un poco mirando hacia el fotógrafo y otro poco hacia arriba, detalle que indica que tiene mucho para dar. No me pregunten qué, pero tiene mucho. En ocasiones suele aparecer sacando pecho, cerrando los ojos y echando la cabeza hacia atrás, lo que secretamente puede indicar tendencias suicidas. Atenti con esto último. Al igual que el caso anterior, aprovecha los atardeceres para tapar el sol con su cuerpo y así lograr esos impactantes contraluces que suele ver en los libros de autoayuda. Si te topás con este sujeto, no dudes en acercarte: seguramente viene a la Tierra para salvarnos.

EL AVIONCITO 2
Mujer. Estamos frente a otro espécimen que se muere por volar. Se inspira en la espiritualidad reveladora del avioncito 1 pero introduce un par de cambios sustanciales: inclina los brazos y pone sus deditos apuntando al cielo. Es una de las poses más populares entre las integrantes del sexo débil e intenta expresar un gran momento de realización personal. La cabeza puede acompañar la inclinación de las “alas” o permanecer vertical, aunque da mucho más femenina esta última variante (detalle no menor si en una de esas algún muchachito quiere probarla, a la pose digo).

EL AVIONCITO 2 RECARGADO
Mujer. Interpreta una versión más ornamentada que la del avioncito 2, sobre todo en lo que de la cintura para abajo se refiere. En ocasiones coloca sensualmente una rodilla delante de la otra, en otras, cruza directamente las piernas, y en otros casos apoya el talón de un pie sobre el empeine del otro, aleja la rodilla y quiebra la cadera. Si el avioncito 2 se siente plena y realizada, aquí ya cree estar en la piel de una estrella de Hollywood. Advertencia: vas a tener que fumarte miles de estas fotos si alguna amiga o tu compañera de oficina volvió del Sur, de Machu Picchu o de algún otro lugar en donde cree que encontró la luz.

EL FUTBOLERO
Hombre. Su pose es archiconocida, casi no hace falta que la explique: cuerpo en cuclillas, una mano sobre la rodilla y los cinco dedos de la otra apoyados en el suelo. Su sueño siempre fue jugar en la primera de Boca o de River, aunque si mira un poco alrededor va a descubrir que le están faltando los otros 10. De todas las posiciones, es la única que le rompe las pelotas al fotógrafo porque lo obliga a agacharse también.

LA SOÑADORA
Mujer. Su pose es bastante tranqui y discreta pero no menos reiterativa. Este personaje inclina su carita hacia un costado impostando simpatía, calidez e ingenuidad. Lo hace como un acto reflejo apenas alguien amaga tirarle una instantánea. No falla nunca. Es como si la luz del autofoco le aflojara las cervicales y a la vez le transmitiera paz y felicidad. Quien no la conoce la mandaría al traumatólogo porque en todas las fotos parece que estuviera con tortícolis.

EL POSITIVO
Hombre. Cultor rabioso del pulgar para arriba. Y para todo, así sea una foto en la playa, en un cumpleaños o esté a punto de renovar el DNI. Otro caso de acto reflejo. Si ya de por sí califica como un verdadero triglicérido sólido, existe una versión mucho pero mucho más nociva en la que se lo ve echando sus hombros hacia atrás y exhibiendo orgulloso su baqueteado comedor. A veces lo potencia luciendo un colorido outfit o una camiseta de fútbol. Con los consabidos mate y termo en la mano. Imaginatelo con el Coliseo Romano o la Torre Eiffel de fondo. Mortal.

EL DESCONTROLADO
Unisex. Alguna vez le dijeron que posaba muy serio y a partir de allí comenzó su viaje de ida hacia el ridículo. No concibe una sola foto sin acercar exageradamente la trucha al objetivo, sacar la lengua a lo Jagger o ensayar muecas y gestos desorbitados. Su locura lo lleva a intentar todo tipo de piruetas o peligrosos ejercicios de destreza física, lo que generalmente deja a más de uno lesionado. Si a la soñadora el autofoco le afloja el cogote, a este personaje le transmite una descarga eléctrica. Y de las fuertes.

LA VEDETONGA
Mujer. Para ejecutar esta pose generalmente suma a su grupete de amigas, sola no se la banca. Este personaje coloca las rodillas semi-flexionadas y pegadas, revolea el culo para afuera, tira la cabeza para atrás y pone las manos en la entrepierna o en la cadera. A veces refuerza la idea frunciendo la boca como simulando un pico o sosteniendo su alicaída pechuga. Cree que da perra y provocativa pero en realidad parece que se estuviera meando. Esta pose se ve mucho en playas o eventos nocturnos en donde el alcohol va haciendo que cualquier bondi la deje en Flores.

EL AMARGO
Hombre. Le molestan las fotos y sale siempre con cara de sorpresa o directamente de orto. En las tomas grupales es el que se esconde, o a lo sumo aparece en el fondo y por la mitad. Las clásicas expresiones “digan whisky” y “digan cheese” suenan en sus oídos como el peor de los insultos. Admira al desaparecido Yabrán, quien declaró alguna vez que sacarle una foto era como pegarle un tiro en la frente.


LA PODÓLATRA
Generalmente mujer. De las 2.500 fotos que trae de sus vacaciones, siempre vas a tener que fumarte 5 ó 6 primeros planos de sus pies con algún paisaje detrás. Ese telón de fondo puede ser la pileta de un spa, una playa caribeña o el borde de un precipicio para que, en este caso, vean lo temeraria que es. Sus bellas extremidades suelen aparecer solas o acompañadas de algún otro par de piececitos amigos. Si son de un hombre genera más envidia e intriga, sobre todo si la fulana viajó en plan de soltería. Si decidís imitar a este espécimen no hace falta que te diga que tenés que viajar con las patas en condiciones. Nada de hongos ni uñas encarnadas. Andá pidiendo turno con el pedicuro para no pasar un papelón.

Así es la cosa, estimados amigos. Me detengo aquí pero en el tintero quedaron personajes como el galán, el choborra, la mandona, el gatienzo... Y debe haber muchos especímenes más con los que todavía no he tenido el agrado de cruzarme. Parafraseando a esa conocida expresión popular, en este post no están todos los que son... pero sí son todos los que están!!! Y bien merecido lo tienen estos verdaderos profesionales en el arte de “mirar el pajarito”.