miércoles, 15 de julio de 2009

Al fondo a la derecha...


Está visto que a los dueños de algunos bares y restaurantes no les alcanza con complicarnos la vida encriptando los nombres de sus platos (ver mi post Modernidad a la carta). Por si fuera poco, también se han ensañado con nosotros a la hora de indicarnos los benditos baños. Y no hablo de llegar hasta sus puertas (tarea difícil, en muchos casos), si no de reconocer cuál es la de las nenas y cuál la de los nenes.
Se acabó aquella época en la que eran representados con solo dos palabras: “damas” y “caballeros”. O con los simples y escuetos íconos del hombre y la mujer. Ahora se les ha ocurrido ser más creativos, más conceptuales, más sugerentes, más pintorescos, más modernos, más sofisticados... más... más... dejémoslo ahí.
Hoy en día, las puertas del W.C. pueden aparecer adornadas de lo que se te ocurra. Un lápiz de labios y un profiláctico. Unas agujas de tejer y una pipa. Un par de medias de red y unas de fútbol. Una prestobarba color rosa y otra celeste...
En la página http://www.dogguie.com/simbolos-en-los-banos-publicos/ logré encontrar algunos ejemplos gráficos que apoyan mi tésis. Están los símbolos graciosos, los muy obvios y un tercer grupo que exige cierto tipo de formación académica entre quienes acuden presurosos a realizar sus necesidades fisiológicas. Aquí van un puñado de estos últimos y mi correspondiente análisis:


Para los que aún tienen un niño en su corazón. Sin embargo, pasada esa primera sensación de ternura y alegría, sobrevienen las dudas. Es que mirándolos bien, la única diferencia entre Mickey y Minnie es el gorro con la florcita. Si sos corto de vista, estás en serios problemas.





Pertenecen a la categoría “conceptuales”. Se los mira con la misma intriga que a un cuadro de Picasso o de Miró. Si lo tuyo no es muy urgente te recomiendo llamar a un crítico de arte o a un profesor de simbología (tipo Robert Langdon, el del Código Da Vinci). También se los podés llevar a tu psicólogo y charlar sobre la interpretación que les diste. Puede ayudar.







Que alguien me explique de razas de perros porque no lo entiendo. Llevá en la agenda el teléfono de algún veterinario amigo. “¿Te estás por comprar una mascota?”, te va a preguntar entusiasmado. “No, la c... de tu madre; estoy buscando el baño”, le contestás.






Acá cagamos, y te diría que en el sentido literal si no los descifrás pronto. Plan A: antes de salir leéte algo sobre mitología egipcia o hindú. Plan B: entrá a cualquiera de los dos; no vas a ser el único que le pifie. “Ommm... Ommm...”, recitá por las dudas haciéndote el boludo.





No te esfuerces por acordarte de ese cuadro de nudos marineros que te enchufaron para tu casamiento. Esta dudosa representación de un pitulín y una pocholina, mas bien podría encajar en el rubro “instalación artística”. Igual, no te quedes con las ganas de tirar de la piola; en una de esas es la que acciona el picaporte.




Los elementos están más o menos claros, de eso no hay dudas, pero no se sabe si puertas adentro está verdaderamente el biorsi o se exhiben allí como objetos perdidos. Fijate, por las dudas, si están autografiados; tal vez hayan quedado como obsequio de algún personaje de la farándula que fue a morfar o a chupar de arriba.




Acá les pegó para el lado del isotipo futurista. Complicado para quienes no estén al tanto de las últimas tendencias en materia de diseño gráfico. Sin embargo, hay que reconocer que da súper moderno, bien alejado de aquel baño en el que despedías a tus “amigos” con un certero tirón de cadena.






Finoli, finoli. Me encantaría conocer a los dueños de este lugar. Aunque desde la problemática que nos ocupa, acá no hay tanto drama; el baño de mujeres se encuentra por descarte. No me imagino a estos dibujitos en el Tattersall de Palermo o en la cena anual de COAS.





Hay un lindo laburito artesanal aquí. De todas formas, el muñeco de la izquierda no luce muy varonil que digamos. Consejo: entrá igual pero aplaudiendo: “Buenasssss... ¿¡¡Hay alguien aquiiií!!?”.






No pueden faltar aquellos motivos que remiten a figuras de la historia. Pero ojo que esto puede convertirse en un arma de doble filo; hasta que te enterás que ese personaje con la cabellera de Julia Zenko es Luis XIV, rey de Francia, se te reventó la vejiga.





Como quedó demostrado, la visita a un baño público significa todo un desafío. Un encuentro con la historia, el arte, las ciencias, lo abstracto, lo erótico y lo surrealista. Una aventura que invita a la deducción y al ejercicio mental.
Y voy a cerrar este post parafraseando un verso popular nacido precisamente en las entrañas de ese recinto tan caro a nuestros afectos:

“En este lugar sagrado,
donde acude tanta gente,
hace fuerza el más cobarde
y se caga...
...el más inteligente!!!”

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Grande Armando!

Uno de los mejores posteos que subiste. Me quedé sorprendido por el enfoque sociológico que subyace bajo la aparentemente simple representación de ambos sexos para indicar la "Saile de bain".
Digo yo, tanta conjunción de manifestaciones posmodernas, minimalistas, abstractas, transculturales, etc., ¿No querrán representar la profunda crisis de identidad sexual que está viviendo nuestra sociedad? Crisis que el MAESTRO CHARLY ya anticipó casi 30 años atrás en Cinema Verité; "...El es Eva, y ella, Adán".

Un abrazo,

Marcelo Trubbo

Erica dijo...

Acá paso a visitarlo, señor!
Muy buen post! es cierto eso de los baños y sus símbolos. Recuerdo una vez que estábamos comiendo en familia en un restorant hace ñossss, y mi hermanito pequeño fue al baño. Al rato vuelve y nos pregunta "yo que soy: dama o caballero?" Quizás si hubiese habido alguno de estos dibujitos, se hubiese dado cuenta. O no...
saludos!

Anónimo dijo...

Arman!
Tu capacidad de observación se agudiza hasta el caracú.
Casi me m.. de risa je!
Por suerte el baño de casa es unisex.
Si me sucedía esto en uno de los que describís, me mando al de hombres... por chicata obviamente ja!
Belén

Unknown dijo...

Hola Armand! Me encantan las fotos... pero creo que todavía no llegó la era en la que se reconozca la existencia de géneros y por ende, el sin sentido de baños de nenas y de nenes. Creo que voy a copiarte y sacaré fotos a todos los baños de París. De todas formas, aquí resuelven el problema con baños unisex (resuelven el problema de la falta de espacio!).
Un abrazo y hasta pronto!
Maricel