lunes, 30 de marzo de 2009

No es lo que parece

En el post anterior les decía que “había que pasar el verano”, pero a juzgar por la temperatura que reina aquí afuera, ya entrado el otoño el calorcito aún parece gozar de buena salud.
Y precisamente hablando del frío y del calor, ahora antes de salir a la calle los argentinos deberíamos contar con una nueva cifra al pie de la pantalla del televisor. Al indicador de la hora, la temperatura y la sensación térmica las emisoras deberían agregar el de la “sensación de inseguridad”. ¿Y por qué no? Si el ministro Fernández dice que es una “sensación”, ¿por qué no medirla? Pensemos... Podría ser del 1 al 10. En porcentajes. Un coeficiente surgido de la cantidad de secuestros por mes. En grados de la escala Richter... Qué sé yo... Se imaginan a una mujer diciéndole a su esposo que se va a laburar: “viejo, llevá un abrigo porque hay 5 grados de térmica y meté un garrote en el bolso porque hay un 9,4 de sensación de inseguridad”.
“Sensación de inseguridad”, repite y repite el superministro. Está bien, Anibal, pero hagamos un trato: yo le creo ciegamente esto de la “sensación” y usted a cambio me promete algo. No es muy complicado. Se me empilcha bien, se manda para la casa de alguna víctima del delito (puede ir en bondi, total según usted no hay peligro) y con su mejor cara le recita lo siguiente, tomé nota: “Señor, vengo a informarle que a su casa la desvalijó la “sensación de inseguridad”. O si no esto otro: “Señora, las investigaciones realizadas nos llevan a sospechar que a su marido lo secuestró la “sensación de inseguridad”. Pero en la cara se lo dice, ¿eh? ¿Qué le parece? ¿Se anima? Dele.
Eso sí, llévese protector bucal porque es bastante probable que tenga que ir a buscar su preciada dentadura bastante lejos. Y si por esas cosas le queda ardiendo la cara no le de bola, va a ser solo una “sensación de dolor”.