domingo, 28 de diciembre de 2008

Te invito a mi fiestita

Las Fiestas...
Las Fiestas a veces se presentan más como un contratiempo que como un motivo de alegría y festejo. Más como un disparador de rivalidades y envidias que como un motivo de encuentros. “Que mi vitel thoné estaba más rico que tu ensalada rusa”, “que tu pollo estaba rancio”, “que mi pan dulce estaba más fresco que el que trajiste vos”, “que cómo hace tu cuñadita para estar siempre bronceada...”. Y a esto hay que agregarle el destino siempre incierto de los hijos casados, que son disputados entre las familias políticas como trofeos de caza. De pronto aparecen esos parientes que vemos –justamente- una vez por año y que no tienen porqué caernos bien. “Che, le dije al primo de Josecito que viniera para Nochebuena”, te avisa tu jermu unos días antes. “¿No te jode, no?”. Y por más que te joda, ya está, ya lo invitó. “Ta bien...”, le contestás resignado, “...pero decile que se bañe, ¿eh?. La ultima vez vino con un olor a chivo que volteaba elefantes”.
El cronograma de esos controvertidos cuatro días suele presentarse complicado y las “sedes” se disputan como en un mundial de fútbol. Se negocian como en las paritarias. Nochebuena en lo del tío Paco, Navidad en lo del primo Ricardo, Fin de Año acá en casa y Año Nuevo en lo de la tía Clota, que vive en Florencio Varela y tiene la Pelopincho para que los pibes, al menos, se puedan refrescar. Y se baja el martillo.

Ya reunidos, todos tratan de poner su mejor sonrisa y olvidar las pequeñas rencillas. Es momento de balances y las conversaciones giran en torno a lo que ocurrió durante el año, más bien tirando hacia la última mitad; el primer semestre parece tan lejano como el día en que murió Gardel. De la soja ya ni nos acordamos, pero aún está fresco el caño de Tinelli y la performance de Pampita en el cultural programa de Marcelo. Entre tema y tema no pueden faltar los lugares comunes. "Cómo pasó el año, ¿eh?", dispara alguien para quebrar un bache de silencio. Una tía entrada en años –y en copas- pide bala para los delincuentes, mientras que un sobrino progre trata –en vano- de explicarle que los chorros son víctimas de la exclusión social. “Esta crísis global nos afecta a todos”, opina preocupado un tío excedido en kilos, con media pechuga de pollo asomándole entre los dientes. Los desubicados tampoco pueden faltar a la cita. “Che, vos cada Navidad con una novia nueva, ¿eh?”, le lanza una tía a su sobrino delante de la propia chica, generando un silencio que se corta con un cuchillo. Y si de meter la gamba se trata, otro pariente totalmente borracho revela sin pudor un secreto familiar guardado por más de 50 años. Mientras tanto, el calor arrecia y la abuela protesta airadamente porque no le llega el aire del turbo.
Lo cierto es que todas las discusiones y disquisiciones quedan automáticamente sin efecto al sonar la primera campanada de las 12. Como si se reseteara todo. Y acá surge otro pequeño inconveniente: hay tantas horas oficiales como relojes presentes. “¡Ya son las doce!”, anunciás vos eufórico. “¡¡No!!, faltan dos minutos”, te frena una tía que se niega a brindar hasta que “su” reloj no lo indique. Una vez puestos todos de acuerdo empieza el griterío desordenado, chocan las copas y todos se desean lo mejor para esa Navidad o para el año que recién comienza. Y no siempre empieza bien para todos. Nunca falta el niño que irrumpe llorando y con la mano ensangrentada porque un petardo le estalló antes de tiempo. Lo que sigue son minutos de tensión hasta que el padre llama desde la guardia del hospital para avisar que la criatura no ha dejado ninguna falange en el camino.
El final de fiesta es casi siempre el mismo: los menores de 30 se rajan a bailar o a juntarse con sus amigotes ni bien la aguja cruza las doce y los mayores quedan echados a la espera de una grúa que los pueda levantar. Cualquiera que se asome a la cocina verá la barbaridad de comida que sobró; y no es de extrañarse: todo se cocina para 20. Vitel thoné para 20, melón con jamón para 20, empanadas para 20, ensalada rusa para 20, pollo para 20, matambre para 20, etc, etc, etc... No hay ser humano que pueda ingerir semejante cantidad de comida en una noche (y encima de calor; no estamos en Finlandia). El criterio es un don que brilla por su ausencia en las Fiestas.
Es así la cosa...
Y ahora hablando en serio, entre las dos fiestas me quedo sin dudas con la de Fin de Año. Tal vez porque significa un balance de lo que pasó, de lo que se logró, de lo pendiente, y porque es una vuelta de página.
En lo que a mí respecta, 2008 estuvo muy ligado a las emociones y a los reencuentros. Y como siempre, a la música. Por eso, para despedirlo nada mejor que dos obras maestras de quien ha inspirado el nombre de este blog.
Los dejo con El Flaco.

Nueva Luna, Mundo Arjo.

Con Los Socios del Desierto haciendo una versión de Como el viento voy a ver, de Pescado Rabioso.
FELIZ 2009

lunes, 22 de diciembre de 2008

Para poner en el arbolito...


Digital Ayatollah les desea una Feliz Navidad y les deja dos temitas cuidadosamente seleccionados para la ocasión.

Rosalía De Souza haciendo Moita María. Final del video clip muy gracioso.



El genial Luis Salinas interpretando Funky En Sí Menor. No hacen falta comentarios.

FELICIDADES!!!

domingo, 7 de diciembre de 2008

Más de Nicola y sus amigos

Mientras el pais entero habla de Madonna, buscando discos e intérpretes en la web acabo de dar con este bálsamo para los oídos. Se llama "Freedom Jazz Dance" y es un compilado de varios artistas que fue editado en 2004. Entre ellos están nuestros viejos conocidos Nicola Conte y Gerardo Frisina.

Lista de temas:
01/Speak Low - Big Bang
02/Please Don't Leave - Paolo Fedreghini
03/This Is What You Are - Was A Bee
04/Blueprint - The Five Corners Quintet
05/Nefertiti - Nicola Conte
06/Ordinary Night - Cabaret Noir
07/Oriental Smile - Paolo Fedreghini & Marco Bianchi
08/New Standards - Nicola Conte & Gianluca Petrella
09/Gica's Dance - Gerardo Frisina
10/Struck On Jazz - Doctor Abstract
11/Lothar - Schema Sextet

"El" tema del disco (para mi gusto, por supuesto) es sin duda "Lothar", de Schema Sextet. Juro que es para caminar por los techos (y sin recurrir a ninguna sustancia prohibida). Lamentablemente no he podido conseguir el video (tal vez no exista), por lo tanto les regalo este otro tema que es igual de bueno. Su autor es Paolo Fedreghini y a pesar de que su nombre remite a algún número nueve o enganche de la escuadra azzurra, el tipo con la música la pilotea bastante bien. Escúchenlo.

Please Don't Leave



miércoles, 26 de noviembre de 2008

Modernidad a la carta


Como en tantos otros órdenes de la vida, se sabe que en materia culinaria también corren otros tiempos. Los nombres de los restaurantes, por ejemplo, así lo demuestran. Se acabaron aquellas épocas de bolichitos bautizados cálida y sencillamente como “Lo de Gladys” o “La cantina de Cacho”. Siguiendo una extraña moda donde prevalece lo conceptual, la tradicional parrilla ahora puede ser llamada “Espacio de achuras”, el restaurant de pescados “Tienda de frutos de mar” y el de pastas “Boutique de canelones”, por citar sólo tres ejemplos. Y si esto sorprende, más intrigante aun es entrar a morfar a un lugar llamado “Te enviaré mil suspiros al amanecer” o “Un presagio llamado Eleonora”. Bienvenido al paraíso de lo abstracto.
Lo cierto es que esta suerte de mainstream gastronómico no se limita exclusivamente a lo que se exhibe de la puerta para afuera. Quien últimamente haya tenido la suerte de ir a comer a dichos restaurantes (en estos tiempos de malaria es una verdadera suerte), habrá notado que algunas cartas –o los clásicos menús- también se han nutrido de ciertos términos y extranjerismos que resultan inentendibles para los que estamos acostumbrados al choripan, a la pizzería de barrio o al viejo bodegón. Vos abrís la lista de platos en algún restó de zona cheta y no sabés si estás leyendo una receta homeopática, un catálogo de fragancias importadas o un libro de jardinería.
Definitivamente, esas comidas caseras y abundantes como las que nos hacia la abuela han sido reemplazadas por diminutas instalaciones artísticas que se pierden en gigantescos y pesados platos cuadrados. Y para no pasar hambre, hay que empezar a familiarizarse con curiosos nombres como los que siguen a continuación.

CARTA DE PLATOS PRINCIPALES

Langosta en colchón de finas hierbas. ¿Qué serán las finas hierbas? ¿Hierbas de Palermo Chico, de Barrio Norte? Y el colchón, ¿será de una o de dos plazas? ¿La langosta vendrá dormida o despierta?
Tournedó de lomo bridado en fondo de cocción. De oídas conozco el “fondo de comercio” y el “fondo de inversión”, pero del fondo mencionado arriba no tengo la más pálida idea. Urgente un manual de economía.
Lasagna de trigo, higado de pato demi-deuil con aire de parmesano. Si hay dudas sobre el origen del pato se puede llamar a un ornitólogo, no hay problema, pero ¿qué significa un “aire” a parmesano? ¿Que es parecido? Entonces no es parmesano, no nos engañemos.
Bondiola asada con aceite Gremolata acompañada con cebollas caramelizadas y papas rústicas. Mmmm... me parece que ese aceite se lo ponía un tío mío al motor de su Torino ’68. Busqué en el diccionario la palabra rústico: “perteneciente o relativo al campo”, dice el mataburros. ¿Y de dónde van a provenir las papas, de una fábrica de televisores?
Terrina a los tres quesos. El nombre no me convence; me suena a eso oscurito que se junta debajo de las uñas.
Fricassé de conejo. Costillitas de cerdo con gataux de verduras. Señora, tampoco olvide de poner en su cartera un diccionario Francés-Español.
Papardellis de menta con ragoud de cordero. Creado por un chef de padre italiano y madre francesa. Para no quedar mal con ninguno de los dos.
Torrecitas de tomate. Para fanáticos del ajedrez. En cualquier momento salen a la venta los “alfiles” de espinaca y los “peones” de zanahoria.
Tibia de mollejas y hongos con emulsión de verdeo al vongole biancoHasta donde yo sé, los platos se dividen entre fríos y calientes. No vengamos con cosas tibias. Odio las medias tintas. A no ser, claro, que se estén cubriendo por alguna eventual merma en el suministro de gas. Además, me intriga lo de la emulsión ¿Servirá también para broncearse?
Salmón en cocción unilateral. O sea, ni se te ocurra pedirlo “vuelta y vuelta”. Es un quemo.

Cordero Patagónico en fusión de crema de vino tinto y finas hierbas con batatas cubet en cazuela de barro. Y dale con las finas hierbas. De todas maneras, tratándose de un nombre tan largo, verificá que no se olviden nada, sobre todo las batatas "cubet" en cazuela de barro. Que no te las traigan en una palangana.
Ojo de bife con rúcula estacionada. Controlá que el "ojo" no venga con conjuntivitis. Con la rúcula, en cambio, no hay problema. En algunos lugares te la estacionan pegada al cordón y en otros a 45 grados.
Salmón rosado en croute de quinoa y dijon con salteado de espárragos. Llevá varios señaladores para el diccionario bilingüe. La cosa viene más complicada de lo que esperábamos.
Moldeado de queso gruyere y espárragos. Antes de salir de la cocina te lo agarra Marta Minujin y le da la forma que vos querés.

CARTA DE POSTRES


Brazo de gitano. ¿Será el izquierdo o el derecho? ¿Será de un gitano musculoso o de uno flacuchito? No es lo mismo. Es la diferencia entre poder compartirlo o cagarte de hambre.
Bavaroise de banana sobre marquisse de chocolate. Ya después de esto podés pedirle amistad por facebook a Gerard Depardieu o chatear por whatsapp con Zidane y Platiní.
Volcán de chocolate. Por favor, pedite uno que esté apagado. Mirá lo que pasó en la Patagonia.
Tartín de manzana con crujiente de plátano. No sé porqué pero el primer nombre me suena peyorativo. “¿Avivate, pedazo de tartín?”, le podés decir a ese amigo tuyo medio corto de entendederas. Insultos al margen, si el plátano cruje demasiado echale unas gotitas de WD40.
Esponja de fruta de la pasión con bizcocho antiguo. Siempre podés excederte unos días en la fecha de vencimiento de la comida, pero si el bizcocho ya es antiguo, tenés una descompostura asegurada. Con semejante nombre, andá a saber si no lo importó Pedro de Mendoza o Colón.
Torta húmeda de naranjas bañada con chocolate. Parece un postre inofensivo pero hay que tener cuidado: el exceso de humedad puede traer hongos y problemas de reuma. Y más en Buenos Aires.
Soufflé ligero con aroma de Grand Marnier. No sé a qué velocidad viene el soufflé, pero antes de pedirlo averiguá si Marnier se bañó.

Amigo comensal, después de este breve repaso gastronómico creo que ya estás en condiciones de abrir un restaurant. Cocina de autor, que le dicen. Podés ir viendo locales en Las Cañitas, en Palermo Hollywood, en el Soho, en Belgrano o en el último reducto de moda. Y ya tengo los nombres para tus dos primeros platos. Uno se llamaría “cóctel de hortalizas policromáticas ligeramente rociadas con jugo de maíz y vino añejo”. O sea, la famosa ensalada mixta. Y el otro sería algo así como el plato estrella: “carne finamente arropada con ardiente trigo molido, escoltada por dorados bastoncillos irregulares de papa”. Lo que en el rioba llamamos “milanga con fritas”.

domingo, 16 de noviembre de 2008

¡¡¡Estás iguaaaal!!!



Con el auge del Facebook y de todas las llamadas redes sociales, se han puesto de moda las reuniones de “ex”. Ex compañeros de primaria, de secundaria, de club, de colimba, de bricolage, de meditación, de rinraje, y así puedo seguir nombrando actividades hasta el día del juicio final. El asunto es fácil: basta con teclear un nombre y un apellido para que esa persona que hace tanto que no vemos y que tanto buscamos, aparezca. Bueno, en realidad no es tan así, solo se hará visible si está registrada en alguna de estas “redes”. Pero si no está fulano, está mengano, quien nos conectará con el primero y a la larga todos se irán arrimando al fogón. Virtual, pero fogón al fin.

A partir de este primer contacto se sucederán algunos mails o mensajes de tanteo, donde cada cual hará un brevísimo y maquillado racconto de sus vidas. No obstante, la frutilla de este postre vintage llegará con el ansiado reencuentro. Porque allí todos se verán las caras. O lo que el paso del tiempo ha hecho con sus caras y con todo lo que está entre ellas y el piso. Y esto genera una gran expectativa previa, sobre todo cuando se trata de gente de una misma edad (colegio, colimba, etc.). Todos desean constatar en qué “estado” se encuentra el resto de la troupe. El “jopende” quiere disfrutar viendo la debacle de algunos de sus amigos, y el “cascoteado” sufre de antemano porque intuye que la concurrencia lucirá saludable y jovial.

Apenas arranca la reunión, lo primero que sale a la luz son los estados civiles y la producción de hijos de cada uno. Se presentan casi como un currículum. Está el casado y en perfecta armonía. Está el que padece el matrimonio. El que en cualquier momento lanza a su cónyuge por el balcón. El que se vino con 800 fotos de sus críos. El que se separó una vez. El que se separó dos veces. El que se separó tres. Está el que nunca se casó y vive una eterna adolescencia: “Anoche estuve en la Creamfields, loco”, te tira el cuarentón. “No sabés; una de pendejas...”.

La guita y el progreso laboral son motivo de orgullo para unos y una pesada carga para otros. “Soy el CEO de una multinacional y tenemos las oficinas en Puerto Madero. No te imaginás lo que es. Primer Mundo, macho”, te escupe uno, mientras le da una larga aspirada a un habano. Y en ese momento te acordás de cuando le prestabas las chirolas para que se pudiera comprar el "chegusán" en el recreo. “¿Y a vos, che? ¿Cómo te fue?”, te pregunta el mismo personaje. Y no te queda otra que confesarle que estás cobrando un Plan Trabajar, pero se lo decís bajito para que no trascienda demasiado. “Pero es momentáneo, ¿eh?...”, le aclarás por las dudas, como si esto te diera otro status. “Yo en este momento no estoy haciendo nada...”, agrega un tercero. “...Para cobrar un sueldito de 500 mangos me quedo en mi casa. Yo estoy esperando que salga algo de lo mío”, remata canchero para que quede claro que es un desocupado VIP. “¿Y de Federico saben algo?”, pregunta el del habano. "Sigue metido con el teatro", acota alguien que asegura verlo con frecuencia. “Je, no cambió nada Fede. Siempre haciendo las mismas boludeces”, dispara despectivo el winner de Puerto Madero.

Los gustos y las costumbres también se enarbolan como un símbolo de juventud y progreso. Uno se jacta de hacer pilates y salir a correr 3 veces por semana con un personal trainer. Otro comenta que se mudo a un country, que se hizo fana del sushi y de la TV digital, y que acaba de viajar a Inglaterra para presenciar el último recital de Coldplay. Un cool, el tipo. Vos, en cambio, anunciás que el lunes vas a comenzar la dieta para bajar los 40 kilos que tenés de más y que para tu cumpleaños, tu jermu te regaló un compilado de Cacho Castaña. Pero en cassette, porque el reproductor de CD lo tuviste que vender para pagar las expensas de tu monoambiente de Fuerte Apache.

Si el grupo de “ex” en cuestión era mixto se genera, claro está, una expectativa extra. Querés ver cómo está ahora la chica que te gustaba, y también querés saber si la que no te gustaba, con los años mejoró. Por ahí en una de esas... De repente sentís un alivio bárbaro al ver que la otrora infartante Carmencita hoy parece una criatura salida de los avernos, pero te la querés cortar en pedacitos al ver que ese bagayito que siempre descartaste, hoy es una diosa que está felizmente casada y con un chabón que te triplica en facha.
Los temas de conversación giran casi exclusivamente en torno a esa actividad que los unió en el pasado. “¿Te acordás de Jorgito? ¡¡¡Tenía menos fútbol que la revista Para Ti!!! ¡¡¡Jua, jua!!!”, vocifera uno si los muchachos en cuestión se dedicaban a correr atrás de la redonda. “¿Se acuerdan del día en que se nos cayó el cielo raso mientras dábamos el examen de matemática?”, rememora otro si el grupete se conoce de la secundaria. Y así irán evocando cosa por cosa hasta que los recuerdos se vayan escurriendo como por el agua a través del orificio de la bañadera y se haga la hora de irse cada uno a su casa.

Y duele decirlo, pero la despedida tiene sabor a un “hasta siempre”. Excepto dos o tres nostálgicos, la mayoría sospecha que el próximo encuentro tiene fecha incierta. Y es lógico; ya no hay expectativas, no hay historias que recordar y no hay vidas que contar. También hay fracasos que ocultar. Lo que acaba de ocurrir fue un flash, un liso y llano viaje en la máquina del tiempo, un efímero tour al pasado con pasaje de regreso al presente. Porque todos deben continuar con sus ajetreadas vidas, darles de morfar a sus hijos y sobrevivir en sus trabajos. Ya no somos los mismos.

Finalizado el encuentro, y ya en la calle, las escenas se repiten: abrazos fraternales e interminables, lágrimas, el clásico “saludos a tus viejos”, alguien que te pregunta por tu hermana o por tu perro, intercambios de mails, charlas de último momento de aquellos que en la reunión no se dieron ni cinco de bola... Y mientras el winner de Puerto Madero pone en marcha su Audi último modelo y pregunta si “acerca” a alguien, se escucha por ahí esa frase/expresión de deseo que de tan repetida se vuelve graciosa, vacía, insoportable: “¡¡Che, tenemos que vernos más seguido!! ¡¡Que no se corte!!”.

viernes, 24 de octubre de 2008

¡¡Forza Italia!!


¿Se acuerdan de la famosa "Armada italiana" que sacudió al mundo de la música en los '70s? Nicola Di Bari, Gigliola Cinquetti, Iva Zanicchi, Doménico Modugno, etc, etc, etc... Cómo cambian los tiempos... estos tanos que presento a continuación hacen una música un poquito "distinta" a aquella. Por suerte. Escúchenlos. Dedicado a los amantes del buen gusto. Y para el resto... hisopos!!!

Nicola Conte - Tonight (New Jazz Version)

Gerardo Frisina - Sophisticated Samba

lunes, 8 de septiembre de 2008

Galería de fotos


Los invito a ver mi galería de fotos Patagonia y otras yerbas. Hay imágenes del Sur, del resto de Argentina y de Centroamérica. Espero que les gusten.

domingo, 20 de julio de 2008

¡¡Cambiame la música!!...


Después de las humoradas sobre el conflicto entre el Gobierno y el Campo (algunas no tan humoradas) vuelve la música al blog. Y salimos con los tapones de punta. Para el mes que viene les preparo algo más cool. Ah; y feliz Día del Amigo para todos!!



Mejor no hablar de ciertas cosas - Divididos (con Petti como invitado). ¿El nombre del tema es alguna indirecta sobre la realidad argentina? No, para nada.



Steve Vai y Frank Zappa. Desconozco el nombre del tema. Joyita encontrada en lo profundo de YouTube.



Sweet little angel - Eric Clapton/Buddy Guy/BB King/Albert Collins/Jeff Beck. ¿Y qué me cuentan de esto? Se juntaron cinco mancos, ¿no?



Dazed and confused - Led Zeppelin. La traducción es "asombrado y confundido". Así estuve los ciento veintipico de días que duro la pelea por las retenciones.


Y para terminar bien arriba: Susy Cadillac - Riff. Bizarro pero efectivo. Para caminar por los techos.

domingo, 13 de julio de 2008

Para TVR...

En el capítulo Los Impresentables, de la genial serie “Los Simuladores”, Santos, Ravena, Medina y Lampone se encargan de que una familia de modales un tanto particulares trate de causar el menor estropicio posible en una fiesta high class. El jefe de esta familia –interpretado por el recordado Cacho Espíndola- es una máquina de lanzar guarangadas, pero Santos y compañía lo neutralizan: le adosan una corte de reidores que hacen que sus chistes de pésimo gusto suenen ocurrentes. ¿Se acuerdan? (tómense un par de minutos para verlo)


Pero atención, muchachos de Los Simuladores: vayan pelando carta documento porque alguien les está robando la idea. Sí, sí; parece que hay otros que –vaya a saber por qué motivo- también están usando reidores. Y si no me creen miren esto (tómense dos más):

 

¿Encuentran alguna diferencia? Yo sí; unos son Los Simuladores, los otros ...¡¡¡un excelente programa de televisión!!!

domingo, 6 de julio de 2008

Autos Locos y política


Cuando era chico me devoraba “Los Autos Locos”, un dibujo animado en el que una serie de entrañables personajes corría a bordo de las máquinas más estrafalarias que se podían imaginar. Entre esos personajes estaba el inefable Pierre Nodoyuna, un villano torpe que, con la colaboración de su perro Patán, se dedicaba a ponerles trampas a sus rivales.


Con el correr de los capítulos comencé a avivarme de un detalle importante: si era capaz de prepararles elaboradas trampas a sus competidores, que venían detrás, era porque iba primero, ¿no es así? Y si iba primero ¿para qué necesitaba jugar sucio?
O sea, de esto se deduce que Pierre Nodoyuna contaba con el auto más rápido de la serie y habría ganado varias carreras si se hubiera concentrado en ellas.
¿A qué les hace acordar este contrasentido de Los Autos Locos?

domingo, 29 de junio de 2008

Alquilo carpa


Atención señores ruralistas y simpatizantes del Gobierno: no se pierdan esta excelente oportunidad (con el frío y la gripe las clases de tenis vienen mal, por lo tanto tengo que sacar unos pesos de algún otro lado).


Características:
•Excelente estado.
•Es para 2 personas o 3 con mucho cariño y amor (ideal para una ménage à trois).
•Se banca el frío (recomiendo no realizar ollas populares adentro porque condensa).
•Por su color llama la atención (ideal para campañas políticas de alto impacto mediático).
•Se arma y desarma al toque (viene bárbaro por si aparecen los muchachos de D'Elía o la poli de Mauricio, cuando se la den, je...).
•Viene con pequeño bolsillo interno (ideal para esconder dobles discursos).
•Se banca la lluvia, no así los manguerazos de un camión hidrante.
•Tarifa accesible (eso sí, cobro cash; no acepto favores políticos).
•En caso de que la contraten los del campo, viene con una cacerola campamentera sin cargo (ideal para abollar sin culpa).
•En caso de que la contraten los K, incluye un CD con un mensaje pacificador de D'Elía o de Hebe de Bonafini.
•No tiene Wi-Fi (eso me juega en contra).
•Por si se alarga el conflicto aviso que el contrato de locación vence en febrero de 2009 (y sí, macho, me la llevo de vacaciones).


Así quedaría en caso de que la usen los muchachos de las alpargatas y las 4 x 4.














Así quedaría en caso de que la 
alquilen los Néstor Boy's.











¡¡¡LLAME YA!!!

miércoles, 18 de junio de 2008

¡¡¡Genio!!!

Para reirse un poco y olvidarse de la pelea entre el Gobierno y el Campo...

Lo mejor del Bambi


El Bambi en RSM


domingo, 25 de mayo de 2008

¡Una que sepamos todos!!!

La tecnología de a poco se va arrimando a este blog. Escuchen estos temitas que, como diría Bobby Flores, nunca van a llegar a ser "ringtones". Para el mes que viene les preparo otros...

Por siempre, El Flaco...
Mi Sueño De Hoy - Spinetta. Este tema pertenece al álbum Spinetta y los Socios del Desierto. El del bajo es Javier Malosetti.
Un poco de jazz...
Rose Rouge - St. Germain. Versión en vivo del corte 1 del álbum Tourist
Wind Song - Valentino Jazz Bazar. Del álbum Sesiones en el Club del Vino.
Un poco de soul...
You Will Rise - Sweetback (c/Amel Larrieux). Banda formada por los ex músicos de la nigeriana Sade. Del álbum Sweetback.
Que sea rock...
Ruta 66 - Pappo. Homenaje al gran Carpo y a su sueño de atravesar los Estados Unidos en motocicleta. Del álbum Caso Cerrado.

lunes, 28 de abril de 2008

Una mujer de principios


Ya desde los comienzos de aquella recordada estadía en el Noroeste argentino, Rita iba camino a convertirse en "el" personaje de las vacaciones. Y a paso firme, confinando a un segundo plano a mis otras dos compañeras de viaje, Gaby y Pato. Razones había y para todos los gustos.
Para empezar, Rita no era Rita. Ocurre que esa tendencia natural -y a veces cruel- de los humanos a poner sobrenombres a partir de algún episodio gracioso o desafortunado, a nuestra amiga Gabriela la marcó para siempre. Lo ocurrido en aquel hostel de la ciudad de Salta, sin querer trastocó su identidad. Es que más de uno que la hubiera visto irse a la cama ataviada con ese impecable camisón de raso brillando bajo su alborotada cabellera carmesí, la hubiese apodado "la Hayworth". Despojada, eso sí, del glamour hollywoodense. Convengamos que en un reducto para mochileros, no era su pretenciosa elegancia lo que shockeaba sino el contraste. De todos modos, esto fue lo menos importante.

Rita tenía un extraordinario talento natural para llamar la atención. Con cualquier cosa. Ya sea a través del furcio desopilante o dejando traslucir conductas que poco hacían en favor del buen funcionamiento del grupo. Más bien nada, me animaría a decir con respecto a esto último.
Voy a ir directo al meollo de la cuestión: a Rita la perdían las artesanías, y de una manera inimaginable. Planteado en estos términos, era de suponer que esta bella región de nuestro país representara para ella algo así como Disneylandia, el Edén o la Tierra Prometida. O las tres cosas juntas. Y hasta acá, todo bien; nadie discute que los gustos, las debilidades y las costumbres son asuntos de cada uno. Lo inaceptable es cuando empiezan a imponerse con descaro sobre los de los demás.

Los pueblos de Cachi, Seclantás, San Carlos, Cafayate, Tafí del Valle y la mismísima capital de Salta fueron testigos de su avidez por coleccionar souvenirs, de su voracidad por escudriñar negocio por negocio, vasija por vasija, poncho por poncho, mate por mate, telar por telar y llaverito por llaverito. Sin mencionar las piedritas que, con esmero, recolectaba por el camino y escondía bajo las alfombras del auto. Un informal y casi rutinario paseo de compras que al resto nos demandaba no más de media hora -y ya sobre el final del viaje ni siquiera eso-, a ella le ocupaba mañana o tarde completa. Recorría de cabo a rabo -con nosotros a cuestas, por supuesto- la calle o la plaza principal de cada pueblo. Con
speech educativo incluido: "que este es queso campero", "que este es queso serrano", "que esta vasija es de mala calidad", "que las mejores son las de no sé qué lugar"... Se aprendía mucho al lado de ella, visto desde un lado positivo. Había que ver si figuraba en nuestros planes incorporar tanto conocimiento.
Cuando el deber cumplido nos encontraba, al fin, a bordo del auto y con el motor en marcha, ella volvía a escuchar el irresistible llamado de otra tienda de artesanías. Muy a pesar de los bocinazos de advertencia y de los insultos de rigor. Y paradójicamente, el vehículo constituía su fiel salvoconducto. Sabía pícaramente que yo era incapaz de dejarla abandonada en medio de los Valles Calchaquíes y con lo puesto, o hacerla dormir bajo las estrellas en las ruinas de los malogrados indios Quilmes. En ese sentido competíamos en desigualdad de condiciones. El poderoso no debía abusarse del débil. Aunque, en este caso, el débil se esforzaba día a día para merecer un atronador escarmiento.
En algún momento y para fomentar -mejor dicho restablecer- la buena convivencia, implementamos un sistema de libertades individuales en el cual cada uno haría su vida, y a una hora prefijada nos reencontraríamos frente al auto para seguir viaje. Rita, por supuesto, se pasaba ese bien intencionado sistema por su mítico camisón de raso, por no usar una expresión más grosera. Con paso lento, aparecía recién cuando terminaba de inventariar el stock artesanal del pueblo de turno. Y guay del que se atreviera a ponerle límites. Yo era, según su particular visión, una especie de tirano que no le permitía dar rienda suelta a sus inquietudes artísticas. No sé si calificaba como tirano, pero mi papel se acercaba cada vez más al del recio Glenn Ford en la película "Gilda". Por lo de la memorable cachetada a la verdadera Rita.

Así las cosas, llegamos con cierto fastidio acumulado al hermoso pueblo quebradeño de Purmamarca. Nuestra versión apócrifa de la Hayworth se había convertido en una criatura ingobernable, y sólo su veta humorística -hay que reconocerlo, nobleza obliga- la mantenía aún en la categoría de personaje querible, la alejaba del cadalso.
La plaza era una gigantesca feria de artesanías a cielo abierto y los negocios que la rodeaban tampoco se quedaban atrás. No hace falta a esta altura que lo diga: nuestra amiga estaba en el mejor de los mundos y esta vez la respetamos, nos "olvidamos" de ella por un rato y salimos a caminar por detrás del Cerro de los Siete Colores a través de una huella que se alejaba del pueblo y se internaba en las montañas. Queríamos ver algo más que jarros, jarritos y jarrones. Queríamos empezar a rebelarnos.
Cual simpática burla del destino, en medio de ese entorno salvaje, colorido y solitario nos topamos con un niño que, sentado junto a un puñado de artesanías desparramadas sobre una manta, esperaba paciente el paso de los pocos turistas que solían aventurarse por allí. Reconozco que en otro contexto más urbano este pequeño y su mercancía hubiesen pasado inadvertidos, pero el hecho de verlo en ese descampado y bajo ese sol impiadoso nos impulsó a comprarle algo, a realizar la buena acción del día.
"¡Mirá si estuviera Rita!", imaginamos en voz alta con una inocultable sonrisa, demostrando que hasta con sus defectos se hacía difícil no evocarla.
Reanudamos la marcha trepando por una suave cuesta, y cada vez que revisábamos nuestra retaguardia para admirar el paisaje desde las alturas, allí lo seguíamos distinguiendo al niño. A cada paso que dábamos, más chiquito, a cada paso, más solitario.
Sin embargo, a lo lejos se acercaba otra persona, quizás otro turista, quizás otro ocasional cliente.
"¿No será Rita, che?", arriesgó una de las chicas en broma. "¡Sí, me parece que es ella; al menos camina como ella!", volvió a insistir eufórica al observar con mayor atención. Sinceramente no me la imaginaba dándole un recreo a su obsesión por el merchandising telúrico para venir a "perder tiempo" entre montañitas de colores. Pero debíamos otorgarle el beneficio de la duda. Con el zoom de mi cámara fotográfica pudimos estudiar con más detalle a esa silueta que se aproximaba al improvisado puesto de artesanías. Y sí... de acuerdo al pelo, a la forma de caminar y a la ropa parecía ella, nomás.
"Esto se aclara muy fácil y rápido...", me adelanté yo; "...Digamos que hasta ahora existe un 90% de probabilidades de que sea Rita. Si llega a pararse en lo del pibe... ¡¡es Rita!!", concluí como planteando un juego de lógica en medio de la aridez de la pre Puna. Es decir, sumatoria de coincidencias: "si tiene orejas de perro, olor a perro, y ladra como un perro, es un perro", asegura una famosa regla aplicable a cualquier situación, y seguramente también a ésta.
Sin embargo, algo debe haber fallado porque, para decepción de todos, la supuesta Rita pasó de largo. Tragamos saliva desorientados. ¿Era o no era?
Con el correr de los minutos confirmamos que efectivamente se trataba de ella y retrasamos la marcha para permitir que nos alcanzara. Nos carcomía la curiosidad. Nos salíamos de la vaina por conocer el motivo por el cual, no solamente no se detuvo, si no que además lo ignoró. Menudo detalle, este último.
Apenas la tuvimos a tiro la interpelamos casi a coro.
"A vos te pasa algo...", le lanzamos a modo de recibimiento con tono de pregunta-afirmación. "No, ¿por?", respondió sorprendida mirándonos de a uno por vez y guardando cualquier tipo de recriminación -no tenía derecho- por haberla abandonado en la plaza de Purmamarca. "¿Qué pasó, entonces, que no te paraste allá abajo en el puestito de artesanías del chico?", sonó más como reto -por antecedentes debía haberlo hecho- que como pregunta sembrada de ironía. La respuesta de la inefable Rita no se hizo esperar ni un segundo; ni medio, diría yo: "Estoy en contra de la explotación infantil", concluyó indignada.

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¡¡Atención cultores del buen gusto!! Aquí van algunas joyitas que no van a escuchar en ninguna fiesta de casamiento. Después me cuentan...


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